Me pidieron que hiciera unas galletas para un niño con intolerancia al huevo, por lo que probé una receta que tenía guardada desde hace tiempo. Y, tras algunos ajustes, conseguí dar con las cantidades exactas para que las galletas quedaras tiernas, ricas y sin perder su forma al hornearlas. Os dejo la receta por si la queréis probar:
- 500 gramos de harina
- 250 gramos de mantequilla
- 125 gramos de azúcar glass
- 67,5 ml leche
- esencia de vainilla
Para prepararlo, se hacen igual igual que la receta de galleta de mantequilla que os dejé: mezclar la mantequilla (ha de estar a temperatura ambiente) con el azúcar, añadir la leche y la vainilla y batir bien. Añadir la harina tamizada y amasar. Después dividir en partes, estirar y enfriar o congelar.
Las decoré con fondant rojo y pinté encima con icing negro. Los diseños de las caras (guardando las distancias, por supuesto) los cogí de Sweet Sugarbell y los de las letras de La Cocina de Carolina. La verdad es que son sencillas pero "resultonas". ¡Espero que os gusten!
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