sábado, 28 de febrero de 2015

Tarta de chocolate con ron y nueces y crema de chocolate

Hace unos días Azucarera me mandó una caja con diferentes variedades de azúcar y al abrirla me sentí como en el Día de Navidad, así que no pude resistirme y "tuve" que probar algunas de las variedades este mismo fin de semana... Usé el azúcar moreno para hacer una tarta de zanahoria con crema de queso y naranja (tenéis la receta aquí, sólo que a la crema le añadí zumo de naranja y esencia de naranja para variarla un poco) y el azúcar glas para hacer un bizcocho de chocolate (¡mi favorito!) El bizcocho lo rellené con una súper crema de chocolate cuya receta he dad vueltas últimamente pero, por fin, he conseguido el sabor y la textura que quería, sobre todo gracias al nuevo azúcar glasé seda de Azucarera. ¡Una locura! Es finísimo, no hace grupos y apenas se aprecia al comer aunque sí da sabor a las recetas porque su textura es finísima. Tuve la suerte de que la marca me mandara unas muestras en la caja y os prometo que es mi nuevo imprescindible...



El bizcocho de chocolate es una versión del que ya compartí hace un tiempo, tenéis la receta aquí, sólo que añadiéndole un chorro de ron, una cucharadita de esencia de ron y unas nueces troceadas muy pequeño. Aunque lleve ron de verdad, no es un bizcocho borracho y no tiene nada de alcohol porque al meterlo en el horno se evapora y sólo se queda un ligero sabor muy rico.

Pero la mejor parte de esta tarta es la crema de chocolate:
- 150 gr. de mantequilla
- 25 gr. de cacao
- 200 gr. de azúcar glas
- 1 chorro de leche (unas 2-4 cucharadas)

Su preparación es sencilla: batimos a velocidad media la mantequilla, mezclamos en un bol el azúcar y el cacao y lo añadimos poco a poco. Después, añadir la leche para que la mezcla se haga un poco más cremosa. Por cierto, cuidado con levantar mucho polvo al batir o mancharéis todo... Para evitarlo podéis mezclarlo un poco con una cuchara de palo o simplemente envolver con papel transparente el vaso de la batidora junto con el brazo o incluso taparlo con un trapo un poco húmedo.


Os prometo que si la hacéis, no vais a dejar de chuparos los dedos. ¡En casa hay tortas por rebañar! Además, es tan cremosa que extenderla es facilísimo...




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